27 de junio de 2011

Ao Phra Nang en long tail boat

Krabi es una de las paradas obligadas para todos aquellos que están recorriendo el sudeste asiático. Esta ciudad costera se caracteriza por su puerto, una vez acá uno decide para qué isla encarar y seguir con su viaje.
Cerca de Krabi, en la costa oeste de Tailandia, se encuentran las famosas islas de Koh Phi Phi y Phuket, la primera famosa por ser la isla en donde se filmo la película “La playa” con Leonardo Di Caprio, la segunda  es la isla mas turísticas y conocida de todas las que hay. Para llegar a dichas islas se necesitan tomar unos ferrys alrededor de 2 y 3 horas respectivamente desde Krabi, la otra opción que ofrece esta ciudad es acercarse al puerto y esperar que alguno de los “capitanes” de los long tail boat (Botes de madera con motor de moto), te haga precio para acercarte a la isla de Ao  Phra nang a solo 30 min.
Eso fue lo que hicimos uno de los días, nos levantamos, desayunamos algo y nos fuimos al puerto a negociar nuestro transporte hacia Ao Phra nang. La isla vale la pena ser vista, es muy tranquila, no hay mucha gente y la playa es exelente.  En ella se pueden encontrar un par de cuevas  y bastantes monos esperando que algún turista les de algo de comer.
(El momento justo de negociacion, en tailandia todo se negocia)


(Nuestro chofer, no muy contento que digamos)

(La playa de Ao Phra Nang)

Luego de nuestro día de isla regresamos a tierra firma para comer algo cerca del puerto, donde se encuentran miles de puestos de comida para comer muy bien y por poca plata. Mas a la noche, la ciudad ofrece un mercado nocturno para comprar algún que otro recuerdo.
Estadía corta y positiva en Krabi pero como siempre era hora de pensar en nuestro próximo destino y ese iba a ser la isla de Koh Phi Phi, asique luego de 3 días en la ciudad decimos armar nuevamente los bolsos y tomarnos el ferri de 3 horas hacia Koh Phi Phi.
(Los tipicos puestos de comida tailandesa en el puerto de Krabi)


19 de junio de 2011

El viaje a Krabi (Tailandia)

Nuestro próximo viaje seria en combi desde Penang hacia Krabi (Tailandia), dentro de todo este chofer era más tranquilo, de hecho tenía pinta de Tailandés y no de Malayo, creo que eso explicaría todo.
 En la frontera nos tuvimos que bajar todos de la combi para hacer sellar los pasaportes y nos coloquen las respectivas Visas. Como siempre, los sudacas de la combi fuimos los últimos en hacer los trámites, nos retuvieron un poco porque supuestamente necesitábamos la vacuna de la fiebre amarilla, asique nos llevaron a una sala de cuarentena como si estuviéramos rabiosos y nos hicieron completar un papel con pocos datos. Allí dentro, con el poco ingles que tenía el oficial, nos preguntaron sobre la famosa vacuna de la  fiebre amarilla que no teníamos, a lo que le respondimos que veníamos de Nueva Zelanda y que no era necesaria, el oficial entendió rápidamente, nos sacó el papel de las manos a semi completar y nos entregó la visa por 90 días, fue una situación bastante ridícula  y de no más de 5 minutos.
Luego de un par de horas de viaje llegamos a Hat Yai, una de las ciudades más grandes al sur de Tailandia, muchos turistas la usan de ciudad de paso pero nosotros decidimos ir directo a Krabi para estar muchísimo más cerca de las islas, por eso cuando llegamos acá nos tuvimos que cambiar de combi, el tema era que la combi anterior nos había dejado en una agencia en medio de la ciudad y según lo que nos habían dicho ahí teníamos que esperar 30 Min. Más para hacer el cambio de combi.
Comimos algo alado de la agencia y luego de un rato nos vinieron a avisar de que teníamos que subirnos a un Tuc tuc (son los taxis de Asia) que nos iba a llevar a la estación de ómnibus donde se encontraría nuestra combi con destino a Krabi.
Todo esto que les cuento sucedió con un inglés bastante precario por parte de los tailandeses, imagínense que solo saben un par de palabras en ingles y no te queda otra que hacerte entender por gestos en la mayoría de los lugares.
Nos subimos al tuc tuc de la agencia, en ese momento llovía y la ciudad no se veía muy linda que digamos. El chofer del tuc tuc, con el cual no intercambiamos ni una sola palabra, nos tenía que llevar supuestamente a la estación de ómnibus, pero empezamos a dudar si lo iba a hacer cuando se empezó a meter por unas calles que fueron las más pobres por las que anduve por el momento en el sudeste asiático y en mi vida, debo admitir que tuve miedo, y seguramente los 4 lo teníamos en ese momento.
Íbamos atrás del tuc tuc (en la cúpula), sin tener contacto con el chofer  y la camioneta se metía cada vez en lugares más feos,  no entendíamos nada, primero pensamos que se había equivocado, luego ya pensamos lo peor, que nos había llevado a algún lugar para robarnos todo!. Teníamos todo encima, plata, notebook, tarjetas, ropa etc. Etc. Estábamos regaladisimos la verdad.
 Para agregarle más miedo llegamos a una calle sin salida, donde el chofer paro el auto y se le acerco una persona a hablarle muy misteriosamente, como si fuese el “jefe” de la villa que le da luz verde para pasar,  para ese momento yo tenía ganas de bajarme del Tuc tuc y salir corriendo hacia cualquier lado, pero por suerte no perdimos la calma y cuando el chofer dio la vuelta y estaciono el auto vimos que de adentro de la villa salían 2 mujeres con un bebe en brazos y un par de bolsos, en ese momento nos dimos cuenta que lo que estaba haciendo el chofer era solamente recoger a 2 personas más para llevar a la estación, obviamente  por izquierda y a escondidas de la agencia.
Luego de este mal momento que nos hizo pasar sin querer el chofer, llegamos a la dichosa estación de ómnibus donde el chofer nos baja del Tuc tuc y nos señala la combi que nos teníamos que tomar para ir hacia Krabi. Nos termina de señalar la combi y desapareció mágicamente y allí nos encontrábamos, nuevamente en bolas pensando si nos había cagado o no.
Estos momentos  de pensar que te van a a querer cagar, uno los tiene pendiente todo el tiempo en el sudeste asiático, esta todo tan mal organizado que pensas siempre lo peor, pero con el tiempo te vas acostumbrando y no te queda otra que empezar a confiar y relajarte más. Mas con el poco dialogo que uno puedo tener con las personas.
Así fue como con un par de señas nos encontrábamos en la última camioneta con destino a Krabi, nadie nos había cagado hasta el momento pero ahora lo que se nos cruzaba por la cabeza era donde carajo nos iba a dejar la camioneta a tan altas horas de la noche, mas sabiendo que en la combi iban todos tailandeses que venían de trabajar y éramos los únicos turistas.
Era imposible no pensar en donde nos dejaría la combi, y la verdad que no quería repetir una vez mas  la experiencia que habíamos tenido en Penang, por más bien que nos había salido.
Luego de un par de horas la combi empezó a hacer paradas, la gente se iba bajando, quedábamos cada vez menos personas adentro y nosotros sin saber dónde nos iban a bajar, pero una vez más fuimos sorprendidos. El chofer se baja de la combi  y se pone a hablar con el dueño de un hostel, para ese entonces nosotros ya sabíamos de antemano que esa era la ciudad en la  que nos teníamos que bajar, el chofer termina de hablar con esta persona, abre la puerta de la combi y finalmente nos indica que habíamos llegado. 
Que hizo el chofer? Seguramente se bajó antes para arreglar alguna tarifa con el hotel por los 4 que íbamos a pasar la noche ahí, una vez más, un chofer jugando por izquierda y sacando su comisión extra. Obviamente a nosotros no nos importó mucho, porque ya nos encontrábamos ahí, en la ciudad que queríamos estar, de noche y en la puerta de un hotel, mas sabiendo que el hotel no era para nada caro.
Asi es el sudeste asiático, muchas personas  viven de los turistas e intentan sacar ventajas de ello de cualquier manera, se las saben todas, ese día tuvimos 2 ejemplos claros delante de nuestros ojos de cómo se manejan las cosas por acá, no queda otra que relajarse y dejar que ellos hagan sus negocios por atrás, es todo parte del viaje.
(Uno de los pocos templos que ofrece la ciudad.)

(Recorriendo las calles de Krabi)

(El detalle de los semaforos)

(Instaladisimos en el Guesthouse)

(Un mercado nocturno muy interesante para recorrer en la ciudad)

18 de junio de 2011

Perenthian Islands.

Era hora de tomar decisiones y encarar hacia un nuevo destino, el tema era si queríamos seguir subiendo para llegar a Tailandia o desviarnos un par de Kilometros hacia la costa este de Malasia para conocer unas islas paradisiacas muy recomendadas por muchos que venían de allí.
Luego de debatir un poco decidimos tomar este pequeño desvió de 300 Km. Hacia Perenthian Islands para darle una oportunidad y conocer estas famosas islas que tanto nos mencionaban.
Para variar el conductor de la combi que nos traslado desde Penang a Perenthian era un loquito más, me había olvidado lo loco que eran los malayos al volante pero este tipo me lo hizo recordar a los pocos minutos de estar arriba. Fuimos saltando en la combi las 6 Horas del viaje,  yo opte esta vez por intentar dormir y no mirar por la ventana las maniobras alocadas que realizaba el chofer.
Llegamos bien a destino, todos enteros y desde el muelle tuvimos que tomar un barco hacia la islas que quedaban a solo 30 min. De ahí.
Las Perenthian islands son uno de los lugares más caros de Malasia porque la isla está abierta solo 6 meses al año, y en ese tiempo los habitantes tienen que acondicionarla toda para los turistas, mandándole todas las provisiones necesarias. En la isla no hay autos motos ni bicicletas, tampoco calles, es solo playa y bungalos o hoteles que dan a la playa. El mito del agua y tranquilidad de la playa era cierto por suerte, el lugar era muy relajante, te olvidabas de todo ahí, creo que es un buen lugar para desconectarse del mundo como también para ir en pareja si se quiere.
Nuestra estadía acá fue corta, era muy cara la isla, nos habíamos desviado de nuestro trayecto y necesitábamos volver  nuevamente  a Penang para seguir subiendo hacia el norte como indicaba el manual y la lonely planet.
Luego de haber pasado 2 días en esta isla paradisiaca retomamos a Penang para  desde ahí emprender nuestra primer cruzada de frontera hacia Tailandia!,
(La Van que nos transporta hacia las islas)

(Esperando en el muelle para que nos lleven a la isla)

(Long Beach, Perhentian island)

(Long Beach, Perhentian island)


(Nuestro bungalo, el mas barato de la isla!)


Recorriendo Penang.

Amanecimos en Penang y lo primero que hicimos fue cambiarnos de hostel.  No tuvimos que caminar mucho por suerte, ya que alado había un par mejores. Luego calculamos el tamaño de la isla, sus atracciones y decidimos aventurarnos a alquilar una moto para recorrerla.
Nunca en mi vida había manejado una moto, y sin duda las calles de Penang no eran un buen lugar para aprender, pero así y todo una vez más me lance a la aventura, solamente necesite 2 cuadras para aprender a manipular una, muy fácil la verdad, y la verdad que ahora  no entiendo porque mis padres me la negaron  tanto de chiquito. Jaja, Asique ahora es momento de sacarme todas las ganas que tenía.
Andar en moto por Penang fue lejos una de las mejores experiencias del viaje, yo creo que si uno anduvo en moto en Penang o en muchas  otras ciudades del sudeste asiático ya se encuentra totalmente capacitado para andar en cualquier lugar del mundo.
Tremenda la cantidad de motos que hay andando en esta isla, es un quilombo manejar, las motos te salen de todos lados, se mandan en cualquier lado, y la coordinación que tienen estos tipos es envidiable, hacen maniobras alocadas con hasta 3 personas arriba. Uno al ver todo este quilombo en la calle va tomando cada vez más confianza y a los 15 min. De estar andando ya nos hacíamos los que manejábamos hace 20 años en la isla.
Le cargamos el tanque por 2 dólares y nos recorrimos casi toda la isla hasta llegar a una playa muy linda donde nos sacamos esas ganas de bañarnos en aguas asiáticas que teníamos hace mucho tiempo, visitamos de paso la mezquita flotante y un templo donde se encontraba uno de los budas acostados más grandes del mundo, ha sido un día muy productivo sin duda, esta Isla nos sorprendió y nos ha dejado un lindo sabor.
 Nos quedamos solo 3 días en esta isla, pasamos de llegar de noche con miedo y hambre a ir a cenar en moto a lugares donde nos conocían y nos trataban como en casa. Así es el Sudeste asiático por más extraño que te sientas al llegar a una nueva ciudad sabes que al otro día te vas a sentir como en casa. Lo malo es saber que uno va a estar siempre de pasada por cada ciudad.
(La moto rosa)

(Buda recostado)

(llegando a la playa en moto)

(La Mezquita flotante)

2 de junio de 2011

En tren a Penang.

Nunca me sentí  tan en pelotas al llegar a una ciudad, todo marchaba bien, nos tomamos un tren desde Kuala Lumpur a Penang en segunda clase, el tren es un tren que viene de Singapur y llega hasta Bangkok. Uno de los más famosos del sudeste asiático. El viaje duro 7 Hs. y hasta viajamos más cómodos que en Airasia, salimos a las 3 de la tarde  y llegamos a Waterbooth alrededor de las 10 de la noche, yo me dedique casi todo el viaje a mirar por la ventana, es algo que acostumbro hacer  en Argentina conociéndome todo el paisaje que tiene para ofrecer la línea Mitre, asique imagínate como estaba con paisaje nuevo, no me quería perder de nada. Pisko dedico la mayoría del viaje a perfeccionar su Malayo, el fue sentado alado de una señora Malaya muy buena onda que le enseño muchas palabras básicas que el anoto en su cuaderno para algún futuro, como así también comidas típicas a probar y alguna que otra cosa mas.
Cabe aclarar que la mayoría de los Malayos también hablan inglés, Malasia fue colonia Británica hace 50 años atrás. Yo no lo sabía, me lo conto un Malayo  con el que me puse a hablar en una de las mesas que tenía afuera el hostel, yo estaba tomando un agua,  él se bajó de su moto se pidió una cerveza y me pregunto si se podía sentar en mi misma mesa a lo que obviamente le conteste que no había ningún problema. Él fue el que me comento esto, de la independencia que tuvieron con Gran Bretaña, ellos no tuvieron que pelear por su independencia  como si lo hicieron la mayoría de los países en el sudeste asiático, por eso Malasia se ve muchísimo más desarrollada que los demás países de la región. 
Que puedo decir de los malayos, se los nota un poco desconfiados, y difíciles de entrar, pero una vez que entraste en confianza uno puede comprobar que son muy buenas personas. Sin ir más lejos y retomando el tema, el guarda del tren siempre que  pasaba se nos ponía a hablar preguntándonos de donde éramos y hacia dónde íbamos, él nos dio bastante seguridad y nos orientó  hacia donde teníamos que ir luego de haber alcanzado la última estación.
Nos bajamos del tren  de noche sin saber qué hacer, solo sabíamos que una vez en Waterbooth teníamos que cruzar a la isla de Penang que quedaba enfrente. El guarda del tren nos recomendó que nos tomáramos el ferri que salía cada 30 min. A 2 cuadras de la estación, también estaba la opción de cruzar el puente en taxi, pero era fija que los taxistas como en todo Malasia se iban a abusar de nosotros con tarifas impagables,  hay que aclarar que el puente hacia Penang  es uno de los más largos del mundo, y mínimo estas 15 min. Arriba, cruzándolo.
Seguimos las instrucciones del guarda y ya nos encontrábamos cruzando hacia la isla en Ferri, el viaje habrá durado 20 Min. Y al parecer éramos los únicos turistas en el.
Eran las 11 de la noche  y allí estábamos del otro lado, con hambre y una vez más sin saber para dónde ir. Para colmo no habíamos hecho las investigaciones previas, como por ejemplo, cual es la calle principal, donde quedan los hostels, etc. Etc. Y muchísimo menos queríamos rebajarnos a subirnos a un taxi para que nos lleve a recorrer la ciudad y nos arranque la cabeza. Asique nos calzamos las mochilas dimos un par de vueltas por las calles cerca del puerto pero no logramos encontrar nada, ese fue uno de los momentos mas culmines del viaje, donde uno se siente tan pequeño en el mundo y tan solo.
(En el puesto de comida,donde nos dieron la data para llegar a los Hostels. Hechos mierda)