Llegamos muy cansados a Malasia y habiendo dormido muy poco, para ser más preciso solo un par de horas en el aeropuerto durante los últimos 2 días, ese día habíamos llegado al hotel a la 1 de la mañana y el mismo día a las 8 estábamos arriba, despiertos y pasados de revoluciones pero con muchas ganas de empezar a hacer esa vida de turista que teníamos negada durante los últimos 3 meses en Nueva Zelanda.
Creo que si algún día me tiran en Kuala Lumpur con los ojos vendados, podría reconocerla tranquilamente. El olor a comidas típicas que corre por todas las calles de la ciudad es una de las cosas que mas lo caracteriza, junto al calor sofocante que no afloja ni en la noche. Más allá del aroma en general que se respira por las calles, también se van a oler diferentes aromas particulares cuando uno se encuentre cerca de algún puesto de comida típica.
La primera impresión que tuve de Kuala lumpur fue la de una ciudad construida en medio de la jungla hace no mas de 500 años atrás. Básicamente es una jungla de cemento con rascacielos modernos y mezquitas de mas de 500 años de antigüedad obviamente, algún que otro templo budista y una enorme cantidad de motos y personas por todos lados.
Es una ciudad muy sucia la verdad, bueno, todo el sudeste asiático lo es en general, mucha basura por las calles, muy poca higiene, enfermedades etc. Pobreza incluida y mucha, pero de otro tipo, una pobreza para admirar la verdad porque a pesar de ver gente durmiendo en la calle, pidiendo comida o todo lo que acostumbramos a ver, la gente acá no es resentida, y envidiosa a los que mas tienen, por eso es muy común ver por las calles de China Town un montón de gente durmiendo en la calle a alado de camionetas 4x4 y autos 0 Km. Ese miedo que se respira en las calles de Buenos aires acá no existe, acá no llego por suerte, de noche se mezcla la pobreza asiática con los Europeos ricos que vienen a pasarla bien y así y todo nunca vi ningún robo ni nada extraño.
(En las Torres Petronas)
(Little India, una de las paradas del Bus)
(En Batu Caves, para llegar aca nos tubimos que tomar un tren desde Kuala Lumpur)
(En una de las Mezquitas mas famosas de la ciudad, nos hicieron poner esas tunicas para poder entrar)
Nos familiarizamos un poco con las calles, la gente, la cultura y nos tomamos un Bus turístico que te paseaba por las 20 mejores atracciones que tiene Kuala Lumpur para ofrecer, uno se puede bajar en cualquiera de los 20 lugares y quedarse el tiempo que quiera sabiendo que cada 30 Min. Pasara un nuevo Bus a recogerlo y llevarlo a un nuevo destino. Un tour muy recomendable, mas con todo lo que tienen esta ciudad para ofrecer. Recuerdo que en Argentina siempre me cruzaba este bus en Capital y nunca en mi vida pensé que me iba a subir a uno, y acá estoy del otro lado del mundo disfrutando arriba de uno.
El Bus fue una buena idea para liquidar Kuala Lumpur, mas sabiendo lo caro que era esta ciudad y con la escases de tiempo que disponíamos para recorrer el sudeste asiático, asique luego de un par de días decidimos encarar hacia el Norte, más precisamente la Isla de Penang, situada en el extremo norte de Malasia a solo 200 Km. De la frontera con Tailandia.|
(Arriba del bus que nos llevo a recorrer la ciudad)
(Caminando por las calles de China Town, muchas boludeces para comprar)
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